La última vez, el documentalista Morgan Spurlock se pasó un mes ingiriendo sólo comida rápida. Esta vez, es él quien reparte las fritangas.
Spurlock pasó de ser un ávido consumidor de Big Macs en “Super Size Me” (“Súper engórdame”) a servir sus propios sándwiches de pollo en “Super Size Me 2: Holy Chicken!”, una mirada seria a una industria que procesa anualmente 9.000 millones de animales en Estados Unidos.
“Creo que la intención es brindarles una perspectiva diferente del mundo de la comida rápida — el mundo de los productos básicos de la comida rápida — desde un punto de vista mucho más corporativo”, dijo Spurlock.
Los espectadores pueden ver al cineasta viajar a Alabama para aprender sobre la cría de pollos y seguir todo el proceso hasta que él mismo abra su propio restaurante de pollo en Ohio, la capital de las pruebas de mercado de la nación.
Han pasado 15 años desde que comió sólo en McDonald’s por un mes para ilustrar los peligros de una dieta de comida chatarra. Desde entonces, ha visto una explosión de restaurantes que resaltan el uso de productos frescos, métodos artesanales, bondades de la granja a la mesa e ingredientes obtenidos de manera ética. Pero a nivel nutricional, las cosas no han cambiado mucho.
“Ha habido un enorme giro y la gente me pregunta, ‘Entonces, ¿se ha vuelto más sana la comida?’ Y les digo, ‘Bueno, el marketing de serguro’”, dijo.
La película se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 2017 pero se mantuvo engavetada durante el momento cumbre del movimiento #MeToo, cuando Spurlock se pronunció y reveló detalles de su propio historial de conducta sexual inapropiada.
Confesó que lo habían acusado de violación cuando estaba en la universidad y que resolvió un caso de acoso con una asistente. También admitió que le fue infiel a numerosas parejas. “Yo soy parte del problema”, escribió entonces.
Dos años después, dice que está “en proceso de seguir sanando y mejorando y hacer las paces con la gente con la que debo”.
“Para mí hubo un momento como que de entendimiento — como un narrador de la verdad y alguien que se ha planteado como objetivo tratar de hacer lo correcto — el reconocer que podía ser mejor respecto a mi propia vida. Debemos ser capaces de admitir que nos hemos equivocamos”.
Irónicamente, la película de Spurlock sobre los pollos de la comida rápida reaparece en medio de una rivalidad entre los sándwiches de pollo frito, con la nación obsesionada por una versión de Popeyes. Pero los espectadores de “Super Size Me 2: Holy Chicken!” quizás se salten ese ítem del menú una vez que aprendan sobre la crueldad y deshonestidad que conlleva. (AP)
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